Intel tiene buenos procesadores para portátiles, pero ha estado jugando con los márgenes de consumo dinámico de energía en las últimas generaciones, de modo que su rendimiento depende en gran medida de las posibilidades de refrigeración y gestión de la energía de los fabricantes.
Esto hace que tener un determinado procesador en las especificaciones de un equipo no siempre sea sinónimo de un rendimiento predecible. Es el caso del Acer Aspire 3 A317-51G con pantalla de 17,3'' y CPU Intel Core i7-10510U con una GPU GeForce MX250. Es un equipo donde el procesador ha sido tuneado hacia abajo para ajustar el consumo del equipo al alimentador de 65W.

De hecho, rinde incluso menos que un Core i5. Este comportamiento, sin embargo, en equipos que no tengan una GPU dedicada, no debería ser un problema y podremos obtener el rendimiento esperado del Core i7.
Así pues, recuerda que en los Intel de décima generación es importante asegurarse de que el rendimiento es el esperado.