Ayer se produjo la presentación de buena parte del catálogo de juegos que tendrá Xbox Series X en su lanzamiento. La lista de juegos fue bastante extensa, y en ella pudimos ver títulos tan esperados como Halo Infinite, un juego que ha generado mucho interés, pero que de momento no ha cumplido con las expectativas.
La demo que mostró ayer Microsoft no dejó duda alguna, Halo Infinite no pinta nada bien, tiene mucho margen de mejora, y no parece un juego de nueva generación. Esto se debe a su pobre calidad gráfica, que no está a la altura de lo esperado, y también a los problemas de rendimiento y a los problemas de "popping" que mostró durante la demostración.
Aaron Greenberg ha confirmado que se trata de una demo temprana, y también ha justificado la situación diciendo que el streaming se hizo en 1080p y no en 4K. Esto puede afectar a la nitidez, pero no tiene nada que ver con la baja calidad de las texturas, lo vacíos que están los escenarios y el ya citado "popping".
Se trata de un proyecto en desarrollo, así que podemos esperar que ofrezca mejoras importantes en su versión final, al menos según lo que ha dicho el propio Aaron Greenberg. Esperemos que así sea, ya que Halo Infinite podría convertirse en un "vende consolas" si llega bien pulido y con una calidad gráfica a la altura de las circunstancias, algo que me parece poco probable por una razón muy simple, y es que se trata de un desarrollo intergeneracional que parte de las limitaciones de Xbox One.