Los procesadores Rocket Lake-S representan la próxima generación de CPUs de alto rendimiento de Intel. Esto significa que serán los sucesores de la arquitectura Comet Lake-S, aunque a diferencia de aquellos tendrán una configuración con menos núcleos e hilos.
Es un cambio muy curioso, ya que Intel nunca ha retrocedido en conteo de núcleos e hilos al saltar de generación, aunque en este caso tiene una explicación. Comet Lake-S mantiene la base Skylake, no mejora el IPC frente a los Core 6000 y se limita a tirar de frecuencias y de núcleos para mejorar el rendimiento bruto.
Los procesadores Rocket Lake-S tomarán otro camino distinto, ya que utilizarán una versión adaptada al proceso de 14 nm+++ de los núcleos Willow Cove, utilizados en Tiger Lake (10 nm++), sucesora de Ice Lake (10 nm+). Esto tendrá una consecuencia importante, y es que mejorarán el IPC frente a Comet Lake-S, pero como contrapartida reducirán el máximo de núcleos a 8 y los hilos a 16.
Una filtración temprana nos ha permitido ver el rendimiento de una muestra de ingeniería de un procesador Rocket Lake-S con 6 núcleos y 12 hilos funcionando a 3,5 GHz-4,2 GHz, y los números no son buenos, ya que pierde frente al Core i5 10400, que tiene los mismos núcleos e hilos y funciona a 2,9 GHz-4,3 GHz, modo normal y turbo.
No hay ni rastro de esa supuesta mejora en términos de IPC a la que tanto se ha hecho referencia, pero Intel todavía tiene margen para pulir sus próximos procesadores, ya que su lanzamiento no se producirá hasta finales de este año.