Ha sido toda una sorpresa. Microsoft ha vuelto a dejarse querer con la presentación de Xbox Series X, una consola que todos conocíamos hasta ahora como Xbox Scarlett, el modelo que competirá con PS5 a finales de 2020.
Xbox Series X será hasta cuatro veces más potente que Xbox One S, y superará en casi el doble el rendimiento bruto de Xbox One X, al menos según las últimas informaciones que han ido apareciendo.
Durante el evento de presentación Microsoft no ha querido concretar detalles del hardware de la consola, así que se mantiene todo lo que habíamos visto hasta ahora: procesador Zen 2, GPU RDNA de segunda generación, memoria GDDR6 unificada y una unidad SSD de alto rendimiento para reducir los tiempos de carga.
La compañía de Redmond ha dado una explicación bastante genérica de lo que podemos esperar de Xbox Series X, y en general encaja con todo lo que sabíamos. Esta consola está diseñada para mover juegos en 4K y 60 FPS, es compatible con resoluciones 8K (no esperéis juegos en dicha resolución, solo contenidos multimedia), soporta trazado de rayos acelerado por hardware y cuenta con tecnologías de reducción de latencia y con un SSD que podrá funcionar como caché.
Microsoft ha optado por un diseño tipo cubo para su nueva consola, un enfoque la asemeja a un PC, y promete un nuevo diseño en el mando de control que mejorará la experiencia de uso.
La llegada de Xbox Series X se producirá en el tramo final de 2020, y se comenta que tendrá un precio de venta de 500 euros.