Steam ha sido el objetivo de numerosos ataques durante los últimos meses. Algunos vienen de ex-empleados y otros de Epic Games, pero también tenemos casos importantes que han sido iniciados por sus propios usuarios, lo que confirma que hay un cierto descontento en algunos grupos de usuarios con la conocida plataforma de Valve distribución de juegos en formato digital.

La Corte del Distrito de París ha resuelto un caso iniciado por la UFC Que Choisir, una organización que defiende los derechos de los consumidores, en el que se exigía a Steam cambios profundos tanto a nivel de políticas como de condiciones de uso, y puede acabar marcando un precedente importante para todas las tiendas que comercializan contenidos en formato digital.
El objetivo de este grupo de defensa de los consumidores era que Steam cambiara las cláusulas en las que establece que el usuario no es dueño de los juegos que compra, sino que los disfruta en un régimen similar a un alquiler. Esto limita en gran medida los derechos del usuario, y plantea problemas no solo a la hora de revender los juegos que ya no queremos, sino también ante un hipotético cierre de la plataforma (perderíamos todos los juegos que hemos comprado).
En su resolución la corte parisina ha indicado que Steam vende licencias de juegos, y que por tanto lo que se produce es una operación de compra-venta y no un alquiler. Los usuarios son, en consecuencia, propietarios de los juegos, y deben poder hacer con ellos lo que quieran: venderlos, descargarlos y usarlos con libertad (siempre dentro de las limitaciones de un uso legítimo).
Steam va a recurrir esta sentencia, pero el grupo UFC Que Choisir ha dicho que va a ir a por todas y que seguirá luchando por los derechos de otros usuarios en diferentes plataformas digitales. Personalmente creo que el modelo de Steam es, efectivamente, una compra, no un alquiler, y que deberíamos poder utilizar nuestros juegos con mayor libertad.