La memoria NAND Flash es una pieza clave para la fabricación de unidades SSD, y también de otras soluciones de almacenamiento, como tarjetas de memoria y unidades USB. Toshiba ha sido una de las primeras en apostar por la memoria PLC, una evolución de la memoria QLC que promete SSDs más económicos.
El tipo de memoria NAND Flash utilizada en un SSD puede afectar a su rendimiento y al precio de venta, pero también a su vida útil. En sus inicios lo normal era ver unidades con memoria 2D de tipo SLC o MLC (un bit por celda o dos bits por celda), pero con el paso del tiempo se dio el salto a las memorias NAND Flash 3D (apiladas en vertical) y a las configuraciones TLC (tres bits por celda).
Tener memoria apilada y capaz de almacenar tres bits por celda reduce notablemente los costes, pero también la vida útil al tener que almacenar más estados de voltaje, algo que se mantiene en las siguientes interacciones de memoria NAND Flash, como la QLC, que almacena cuatro bits por celda, y la PLC, que almacena cinco bits por celda.
La memoria QLC es ya una realidad, y ha conseguido resultados bastante buenos. Con la memoria PLC han surgido dudas, ya que es necesario almacenar 32 estados diferentes de voltaje y no está claro todavía qué vida útil y qué rendimiento será capaz de ofrecer, pero Toshiba ha prometido que será capaz de conseguir un resultado óptimo compensando sus carencias con las nuevas tecnologías del sector.
La compañía japonesa también ha prometido mejoras en sus memorias NAND Flash TLC y QLC. Las primeras son las más equilibradas en relación precio, rendimiento y vida útil.
