Que Internet es una herramienta en sí misma es algo obvio. Que supone un cambio en las vidas de todos los que la usan, también. Y aún es más comprensible que haya conseguido cambiar modelos de negocio que ya no son rentables (por mucho que a algunos les pese).

La Enciclopedia Británica ha sido un punto de referencia importantísimo dentro del amplio universo del conocimiento y el estudio, pero hasta una institución con 224 años de historia como ella debe afrontar la realidad: no puede competir con un medio tan dinámico y avanzado como Internet.
Wikipedias aparte, la Enciclopedia Británica ha decidido asumir la realidad: no sacar más números de su edición impresa. Se han dado cuenta de que este modelo de negocio ya no es sostenible, y más teniendo tantísima información en Internet, que cambia y se corrige sobre la marcha y que, sobre todo, es prácticamente inmediata.
Jorge Cauz, presidente de la Enciclopedia Británica, hace hincapié en que impulsarán su página web: "Es el momento del paso a un nueva era. Algunos se pueden sentir nostálgicos y tristes. Pero ahora tenemos una herramienta mejor. La página web se actualiza de forma continua, es más completa y dispone de opciones multimedia".
Se acabó lo de deslomarse transportando los pesados volúmenes enciclopédicos: ahora todo el conocimiento estará a golpe de click, sin duda un medio idóneo para el mismo. Una lástima, pero muere un clásico.