Los indicios provienen de un estudio llevado a cabo por una universidad holandesa. Todo comenzó cuando la ciudad de Alphen aan den Rijn empezó a observar cosas extrañas en sus árboles, como crecimientos extraños y problemas en la corteza y hojas de los mismos. Al parecer estos síntomas se dan en un 70% de los árboles de las ciudades, mientras que cinco años atrás sólo se daba en un 10%.
Según el estudio la principal diferencia en esos cinco años han sido las conexiones Wi-Fi, por lo que no tardaron en exponer 20 fresnos a varias fuentes de radiación durante tres meses. Tras este tiempo los árboles situados más cerca a la radiación Wi-Fi mostraban un “brillo metálico” en sus hojas, causado por la muerte de la parte superior e inferior de la epidermis de las hojas algo que podría suponer la muerte de partes de la hoja. Por otro lado, dicho estudio también descubrió que la radiación Wi-Fi pudo inhibir el crecimiento de las mazorcas de maíz.
Con todo, hay que decir que estos estudios no son concluyentes, además de que otros estudios previos demostraron que la radiación proveniente de la señal Wi-Fi era inofensiva.