Además del procesador flagship Core Ultra 285K, también tenemos en nuestro banco de pruebas el Core Ultra 5 245K. Es un procesador de 14 cores y 14 hilos, con 6 cores P Lion Cove de alto rendimiento y 8 cores E Skymont de eficiencia. Como ya hemos comentado en los artículos sobre arquitectura o en la propia review del Core Ultra 9 285K, los cambios introducidos por Intel tanto en Lunar Lake para portátiles como en estos Arrow Lake-S para equipos de escritorio, son importantes y rompen definitivamente con Skylake y con Atom, como predecesoras de lo que han acabado siendo los Intel Core de 14th Gen Raptor Lake y los Core Ultra 100 Meteor Lake en portátiles.
Intel ha limitado los límites de potencia en el Core Ultra 5 245K y el Ultra 5 245KF (sin gráficos integrados), quedándose en unos cómodos 159W. Su competencia natural es el AMD Ryzen 5 9600X, que viene, eso sí, con un TDP de 65W. Posteriormente a la review que hicimos en su momento, el TDP de estos Ryzen 5 aumentaría en BIOS hasta los 105W, aunque como referencia tomaremos los resultados de rendimiento obtenidos con los 65W del lanzamiento original.
La elección del número de cores P y E que ha hecho Intel para diferenciar a los Core Ultra 9 285K, Core Ultra 7 265K y Core Ultra 5 245K da pie a múltiples posibles modelos de procesadores más allá de las tres variantes que ofrece en un primer momento. No sería de extrañar ver variantes como 4P + 12E o 2P + 16E. O incluso modelos solo con cores E cuando lleguen las variantes de bajo consumo o para el mercado mainstream. El rendimiento de los cores E, sin ir más lejos, es muy bueno y para gamas de entrada no sería desdeñable ver alguna variante “solo E”.
Volviendo a la realidad del Core Ultra 5 245K, el dimensionamiento en número de cores, frecuencias de reloj y memorias caché, permite que Intel compita muy bien con el AMD Ryzen 5 9600X. Intel supera a AMD en benchmarks como Cinebench R23 y R24 en multicore sin demasiado problema. Lo veremos más adelante.
El mayor obstáculo para la adopción del Core Ultra 5 245K lo encontramos, sin embargo, en la necesidad de comprar una placa nueva y, tal vez, adaptar el sistema de refrigeración. Es aquí donde los bolsillos más conscientes pueden encontrar una barrera difícil de superar. Si las placas de la generación anterior pudieran actualizarse a los Core Ultra 5 245K, su adopción sería bastante más inmediata y conveniente.
Intel, además de hacer los cambios que ha hecho en la arquitectura, tendrá que afrontar también el apartado de sobre cuántas generaciones de CPUs extiende la compatibilidad de sus placas base. AMD ha cuidado mucho este apartado desde la llegada de los procesadores AMD Ryzen e Intel debería hacer lo propio con los Core Ultra de siguientes generaciones.
Sin mucha más dilación, pasaremos a las especificaciones y a las pruebas de rendimiento. La teoría ya está comentada en el análisis del Core Ultra 9 285K y en el artículo sobre Lunar Lake (y algo de Arrow Lake-S).