Haremos un recorrido por los criterios de selección de una fuente de alimentación a través de la gama de fuentes de be quiet!. Es una completa gama de fuentes de alimentación que contempla diferentes factores de forma como los TFX o SFX /SFX-L para equipos con tamaños especialmente compactos, así como formatos Full ATX con ventiladores de hasta 135 mm para los equipos con cajas más espaciosas, pasando por fuentes “estándar”.
En cuanto a Vatios, tenemos desde 300W de la TFX Power 3 hasta 1.600W para la Dark Power Pro 13, con diseños modulares y semi modulares, además de los diseños con cables fijos. Con diferentes tecnologías de conversión de corriente AC-DC y DC -DC (Corriente alterna a corriente continua y corriente continua a corriente continua).
El comparador de modelos de fuentes es una herramienta fundamental, en cualquier caso.

Potencia: cuántos vatios necesitamos
En este capítulo tenemos una amplia variedad de opciones. Aunque podemos diferenciar entre los entusiastas que quieren tener componentes de gama alta sin pretender jugar con el overclocking, los overclockers que gustan de llevar al límite sus componentes, los usuarios que quieren tener un buen equipo, pero sin pasarse con la inversión, los usuarios avanzados con exigencias, los de necesidades medias y los usuarios que buscan un equipo funcional sin más, que no se quede pequeño a los dos días.
Los entusiastas que aspiran a tener componentes de gama alta, pero sin overclocking, necesitarán fuentes ATX 3.0 con Vatios ajustados a los de los componentes elegidos. No tendrán que disponer de márgenes de maniobra abultados. Una fuente de como la Pure Power 12, Straight Power 12 o Dark Power 13 (no Pro) a partir de 850W cumplirá con su cometido salvo que se piense en ampliar la GPU más adelante con potenciales modelos PCIe 5.0 de hasta 600W o se quiera tener un sistema multi GPU. En estos casos, habría que pensar en partir de 1000W.
Las fuentes con una eficiencia 80 PLUS Platinum y Titanium tienen un atractivo adicional si se va a tener el equipo conectado en modos suspendidos o en reposo, especialmente las que tienen eficiencia Titanium, al incluir parámetros de eficiencia con carga del 10%.

Los amantes del overclocking, tienen en las Dark Power Pro 13 el punto dulce, seguidas de las Dark Prower 13 (no Pro), aunque a costa de pagar un precio más elevado. Con una potencia de 1300W y 1600W, son fuentes para componentes de gama alta, que, además, serán llevados por encima de sus valores de funcionamiento nominal. Aquí, los consumos varían de forma poco predecible, por lo que hay que tener margen suficiente para picos de corriente (Vatios). Además, las Dark Power pueden combinar los diferentes raíles de 12V en un único raíl que puede manejar cantidades de corriente ingentes. Adicionalmente, cuenta con un botón para cambiar entre múltiples raíles y un único raíl.
Las fuentes Straight Power 12 también están dentro de las fuentes recomendables para estos usuarios amantes del overclocking. No pueden combinar diferentes carriles en uno, pero son fuentes con componentes de primera calidad, como los condensadores japoneses de 105 ºC.
Los usuarios que quieren un buen equipo, pero sin pasarse en la inversión, tienen en modelos de entre 600W y 800w un punto dulce, en gamas como las Pure Power 12, System Power 10 y Pure Power 11. La primera es compatible con ATX 3.0 y es modular, mientras que la segunda tiene un precio sumamente interesante, a costa de ser la más ruidosa y ser 80 PLUS Bronze en vez de Gold. Las dos últimas son ATX 2.x con cables fijos no modulares.
Los usuarios con menos exigencias, se fijarán más en los precios con propuestas como la System Power 9 CM de 400W o la Pure Power 11 de 400W con entre 55€ y 65€ de precio. Son fuentes para equipos con componentes que no consuman más de 400W ni en los que queramos hacer ampliaciones sin cambiar la fuente de paso.

Estándar ATX: mejor 3.0 para equipos con componentes de última generación
Los usuarios que quieran usar ahora, o más adelante, componentes como tarjetas gráficas de última generación compatibles con PCIe Gen5, o que busquen configuraciones de muy alto rendimiento, tendrán en las fuentes ATX 3.0 la respuesta. Recuerda que son fuentes que soportan picos de potencia de más del doble de su potencia nominal.
Hablamos de las Dark Power 13, Straight Power 12 y Pure Power 12. Además, tendremos conectores nativos de última generación como el 12HPPWR. Otros factores como la modularidad o la tecnología LLC e circuitos resonantes para la conversión AC-DC son también relevantes para usuarios que ponen al límite sus equipos.
Cables y modularidad: para quienes tengan cajas transparentes o fanáticos del orden
Las fuentes modulares o semi-modulares son la respuesta para usuarios que tengan cajas transparentes o equipos “moddeados”. La posibilidad de utilizar solo aquellos cables que vayan a estar activos es siempre una ventaja frente a las fuentes en las que todos los cables están presentes sí o sí.

Los que quieran tener el equipo tan despejado como sea pueda, también necesitan fuentes modulares o semi-modulares (en estas, el cable de alimentación no se puede desacoplar). Por no hablar de la mejora en el flujo de aire que supone no tener tantos cables entorpeciendo el paso del mismo.
La calidad de los cables parte de un mínimo suficiente en fuentes como las de be quiet!, independientemente de la gama, pero cables trenzados o cables especialmente gruesos permitirán la práctica de overclocking o conectar componentes como tarjetas gráficas de gama alta con mejores garantías en caso de sobretensiones, por ejemplo.
El número de cables es también relevante para usuarios que quieran conectar un gran número de unidades de almacenamiento, por ejemplo. Actualmente, se tiende a tener menos unidades SATA, por ejemplo, pero podemos necesitar conectar unidades legacy o tener sistemas con varias GPUs. En estos casos, tendremos que tener en cuenta el número y diversidad de cables disponibles. Para los ventiladores y sistemas de refrigeración, el número de cables disponibles para alimentarlos es igualmente decisivo. Acoplar cables en cadena no favorece el funcionamiento óptimo de una fuente: siempre es mejor que la fuente venga con sus cables de forma nativa que tener que ir conectando extensiones.
Refrigeración y ruido: mejor cuanto más silenciosa sea la fuente
Las fuentes de alimentación llevan ventilador para disipar el calor generado por los componentes. Son ventiladores de entre 120 mm y 135 mm en las fuentes ATX, con niveles de ruido de menos de 15 dBA para cargas del 50%. A carga máxima, llegamos a los 30 dBA y en las fuentes menos capaces superan los 35 dBA. Es un dato que los más exigentes tendrán en cuenta, especialmente si el equipo está pensado para funcionar en silencio.
Otros detalles como la presencia de filtro para polvo son interesantes para facilitar el mantenimiento del equipo.

Seguridad: certificaciones a la altura de cada exigencia
El repertorio de protecciones que tienen fuentes como las de be quiet! Contemplan OTP (over temperature protection), OCP (over current protection), OPP (over power protection), SCP (short circuit protection), OVP (over Voltage protection), UVP (under Voltage protection) o SIP (Surge & Inrush Protection). En la mayoría de los modelos encontramos todas estas protecciones, aunque en familias como la Pure Power 11 no tenemos SIP (Protección en caso de sobretensiones provenientes de la red eléctrica y contra una corriente de conexión demasiado alta). Si nuestra toma de red es inestable, este apartado es interesante tenerlo en cuenta.
Las protecciones de seguridad no son lo mismo que los certificados de seguridad. Está bien contar con estos últimos, pero es más relevante contar con medidas de protección en la electrónica.
Eficiencia: Vatios que se traducen en euros
La eficiencia de las fuentes es un dato interesante cuando tenemos el equipo encendido muchas horas. En este caso, usando calculadoras de fuentes como esta podemos tener también una estimación del gasto realizado por el equipo en energía.
Fuentes más eficientes permiten reducir este consumo. Las certificaciones más exigentes, como la Titanium, contemplan incluso cargas del 10%, lo cual es interesante para equipos que se pasan en reposo mucho tiempo. En cualquier caso, es recomendable optar por fuentes con eficiencias mayores.

Diseño industrial y electrónico y garantía: también importan
La calidad de la construcción de las fuentes es otro detalle que tendremos que tener en cuenta. Tanto en el diseño industrial, con materiales como el aluminio para las fuentes Dark Power Pro 13, como en la presencia de accesorios como velcros y organizadores de cables.
En cuanto a la garantía, be quiet! ofrece hasta 10 años en las Dark Power Pro 13, Pure Power 12 o Straight Power 12, pasando por 5 años en las Pure Power 11, Straight Power 11 o System Power 10, hasta llegar a los 3 años de modelos como los TFX Power. Es un dato que también merece tener en cuenta de cara a proteger la inversión.