Tan importante como tener unos drivers actualizados, es que estos estén correctamente instalados y que no dejen residuos. Cerrar aplicaciones antes de actualizarlas, instalarlas ejecutándolas como administrador o reiniciar son buenas prácticas que incluso el propio driver en la instalación puede requerir.
En un primer momento podemos acceder a las páginas web de los fabricantes para descargar los drivers adecuados, tanto para nuestro modelo de tarjeta gráfica, como la versión de Sistema Operativo. Aquí tenéis los enlaces a las descargas de drivers de los 3 principales fabricantes: NVIDIA, AMD e Intel.
En el caso de Intel están unficados, tanto para el conjunto de modelos como para diferentes versiones de Windows. Tanto Intel como NVIDIA tienen dos versiones drivers para profesionales (Intel Pro y NVIDIA Studio) y gaming / genéricos. Con AMD solo tenemos una versión de Adrenalin.
WHQL (Windows Hardware Quality Labs) es un programa de firma de prueba, una certificación que testea drivers y su hardware con herramientas y kits de desarrollo para Windows. Esta certificación está presente también en otro tipo componentes, además de las tarjetas gráficas.
Realizar una instalación limpia es una forma evitar posibles problemas. Perderemos la configuración que podamos tener, así que no siempre será la mejor opción pero, es otra forma de remar hacia una instalación correcta del driver.
Los drivers de NVIDIA y AMD permiten realizar una configuración rápida o seleccionar el tipo de perfil que necesitamos en AMD, y elegir entre la instalación de GeForce Experience u otros componentes como el software para el motor de físicas PhysX o el driver de audio.