Si hay dos palabras que han entrado con fuerza en nuestro vocabulario estos últimos meses, esas son “metaverso” y “NFT”. Son dos palabras que convergen en la práctica, al integrarse los NFTs en las interacciones con el metaverso. O por lo menos con “algunos” metaversos. Decimos “algunos”, porque, de momento, no hay una corriente unificada en la dirección de la creación de un único metaverso. Todo lo contrario: parece que cada compañía quiere subirse al carro del metaverso de un modo individual.
El fenómeno del metaverso explotó cuando Facebook anunciaba que cambiaba su nombre por el de “Meta”, aludiendo precisamente al metaverso. El propio Mark Zuckerberg ha sido el conductor de un completo vídeo en el que explica las razones por las que Facebook ha pasado a ser Meta .

En el vídeo, Mark explica que “teleportarse” será como hacer clic en un hipervínculo en Internet, estableciendo cierto paralelismo entre lo que es Internet y lo que pretende ser el metaverso. Incluso habla de que gran parte de los conceptos alrededor de los cuales gira el metaverso, como la “presencia” o la teleportación, serán habituales dentro de solo cuatro o cinco años.
La realidad es que, este cambio de nombre de “Facebook” a “Meta”, ha hecho que la industria tecnológica haya salido corriendo detrás de Meta, tratando de integrar la idea de Metaverso en sus modelos de negocio y sus dispositivos y productos.
Lo cierto es que la idea de crear un mundo virtual que imite al real, pero sin las limitaciones impuestas por el mundo físico, no es nueva. Ya con Second Life hubo un intento de estandarizar el metaverso. Otro tanto de lo mismo sucedió con PlayStation Home en los tiempos de la PlayStation 3. Home era un mundo virtual donde los usuarios de PlayStation podían interactuar con otros usuarios y contenidos de un modo virtual.

Los conceptos fundamentales se mantienen, como el de Avatar (nuestra representación virtual en el metaverso), o el de teleportación a diferentes lugares o actividades dentro del metaverso. De todos modos, en este metaverso de ahora, aparecen otros elementos como el de los NFTs de los que hablaremos más adelante. Baste decir, que los NFTs son una buena herramienta para el intercambio de servicios o bienes entre usuarios del metaverso. Actualmente, los NFTs juegan un papel importante en el mundo del arte, con “galerías” virtuales como Cryptovoxels, donde los NFTs se han convertido en “moneda” de intercambio de obras artísticas y certificados de autenticidad al mismo tiempo.
Más reciente en el mundo del metaverso es Decentraland, creada en 2020. Es una plataforma de interacción virtual donde encontramos la integración de wallets digitales y NFTs para realizar transacciones en su marketplace. De hecho, en Decentraland podemos encontrar incluso Raves, como vemos en este tuit. La experiencia no es ni mucho menos perfecta, pero se intenta.
El pequeño “problema” es que las ideas siguen estando muy por delante de las posibilidades tecnologícas. Si has visto “Ready Player One”, la película de Steven Spielberg de 2018 que gira en torno a un metaverso global llamado “Oasis”, cualquier parecido del metaverso actual con ese “Oasis” es mera coincidencia. Hay que tener en cuenta que la acción de la película se desarrolla en el año 2045, por lo que quedan 23 años de avances tecnológicos para poder hacerlo realidad.

Foto de la película Ready Player One
Lo que está claro, es que el metaverso global que se describe en esa película, o el que describe Mark en su vídeo acerca de Meta, están muy lejos de las posibilidades tecnológicas actuales. Hemos hablado con un especialista en efectos digitales en cine, Darío Siero, y nos ha confirmado que un metaverso como el de Ready Player One es imposible de renderizar en tiempo real ahora, y lo seguirá siendo durante muchos años.
Las últimas noticias sobre los efectos digitales en el cine, incluso hablan de una bajada de calidad en los renderizados, debido a factores como la elevada demanda de procesamiento digital o la reducción de costes. Así que, como para empezar a hablar de renderizar el metaverso en tiempo real. Por no hablar de que, en una película de cine, se necesitan muchas horas de trabajo para cada segundo de acción digital, y centros de datos enteros para realizar ese procesamiento.

Foto de centros de datos de Google
NFTs, mucho hype pero mucha chicha también
La otra tendencia de la que hablamos en este artículo es la de los NFTs o Non Fungible Tokens. En este caso, también hay mucho “hype” (humo), pero bajo esa capa de humo hay una tecnología bastante más robusta y madura que es la de las cadenas de bloques o “blockchain”.
Los NFTs o Non Fungible Tokens se sustentan sobre la tecnología Blockchain, como las criptodivisas, pero no son criptomonedas. En esencia, los NFTs operan sobre cadenas de bloques como Ethereum (sobre todo Ethereum) a través de los llamados Smart Contracts. Básicamente los Smart Contracts son código que se ejecuta contra la blockchain de modo que se establezca una conexión entre aquello que se quiere integrar en la cadena de bloques y la cadena de bloques.
Una vez completado el Smart Contract, ya no hay forma de interferir con esa operación. Es por ello que los NFTs tienen validez como certificadores de autenticidad de una obra de arte, validez de una entrada a un evento o como instrumentos para usar dentro de juegos en sus marketplaces. Los jugadores tienen en los NFTs la herramienta para certificar que son propietarios de un item, una porción de territorio o cualquier otro elemento del juego. Los intercambios tienen un coste, que suele venir dado en Ethereums, pero un NFT no es una criptodivisa.

Foto: vídeo sobre cómo crear NFTs con Smart Contracts (en inglés)
Sobre los NFTs hay bastante “humo”, pero más que sobre la propia tecnología, sobre sus aplicaciones, especialmente en el mundo del arte, donde encontramos movimientos que no siempre casan con la lógica, en forma de transacciones millonarias por NFTs asociados a piezas como Beeple, Everydays: The First 5000 Days, que se vendió por 69,3 millones de dólares.
Ahora podemos encontrar NFTs incluso en el mercado de la tecnología. ASRock, sin ir más lejos, tiene propuestas asociadas a NFTs. Que este uso de los NFTs se consolide o no pase de ser un “exotismo”, es algo que tendremos que ver a medida que pasa el tiempo.
Veremos con más detalle aspectos relacionados con el Metaverso y los NFTs en las siguientes páginas.