El 5 de octubre se sucederá el lanzamiento oficial de Windows 11. Mucho se está hablando, y me temo que se seguirá hablando, del próximo sistema operativo de Microsoft, y más desde que se dijera que Windows se convertiría en un producto tipo servicio, es decir, que tendríamos el núcleo instalado y las actualizaciones irían modificando poco a poco el sistema, sin que se lanzara ningún sistema operativo nuevo. Eso es lo que se pensaba, sí, pero parecía un concepto algo irreal: Microsoft no deja de ser una empresa, y como tal debe ofrecer a sus inversores un producto real, no actualizaciones que son reajustes de lo que ya se conoce y existe. Un nuevo sistema operativo cada cierto tiempo parece lo más plausible.
Por este motivo era de esperar un nuevo Windows. Windows 10 se estrenó el 29 de julio de 2015, lo que significa que en el momento actual llevamos más de 6 años con él. Contando que dispondremos de soporte para el mismo hasta el 14 de octubre de 2025, eso otorgará una vida útil a Windows 10 de nada menos que... 10 años aproximadamente. Pasada esa fecha no se esperan más parches de seguridad ni mantenimiento, lo que forzaría de forma definitiva a los usuarios que quedasen a migrar a Windows 11 que en 2025 ya llevaría más de 4 años en activo y, esperemos, funcionando como debe.
Es la historia de otros sistemas operativos de Microsoft, que han ido y venido con mayor o menor fortuna: desde el exitoso Windows XP hasta el malogrado Windows Vista, pasando por los respetables Windows 7 y 10, siendo éste último uno de los que más expansión ha tenido a lo largo de la historia de Microsoft. Todos han tenido un momento inicial de difícil arranque, una buena etapa de mantenimiento, y una etapa aún más larga de extinción, con unos usuarios muy acostumbrados a lo que hubiese en aquel momento y sin demasiadas prisas por cambiar a lo nuevo.

Windows 11 promete un cambio visual radical que empieza por una fuente de sistema nueva, y pasa por otras tantas novedades, más o menos controvertidas, como analizaremos a continuación. Hasta entonces, ¿qué opciones tenemos de pasarnos a Windows 11? Actualmente disponemos de la siguientes:
- Mediante el programa insider: Hasta ahora podemos instalar Windows 11 totalmente gratis si formamos parte del plan insider, aunque sabemos que algunos usuarios ya han sido "expulsados" del mismo por no cumplir con los requisitos de hardware que Windows 11 demanda (luego hablaremos de ello).
- Actualización de licencia: A partir del 5 de octubre comenzará a llegar la actualización a Windows 11 a los dispositivos compatibles equipados con Windows 10. Dicha actualización será gratuita, y también podrán instalar gratis Windows 11 en los equipos compatibles que utilicen Windows 7 o superior, siempre que estén dispuestos a realizar una instalación limpia del mismo, y a vincular la licencia de su versión de Windows 7, o Windows 8 en su caso.
- Adquirir una licencia: Siempre podremos adquirir una licencia de Windows 11 si no tenemos ninguna. Vamos, como siempre.
- OEM: Si adquirimos equipos preinstalados nuevos, estos empezarán a incorporar ya el nuevo sistema operativo de Microsoft. Es posible que esto no se dé desde el mismo día 5 de octubre, así que habrá que mirar bien si Windows 11 viene en la máquina que compremos.