Pantalla: Curva AMOLED 6,81", 3200x1440 px, 515 ppp, HDR10, DCI P3
Contraste: 5.000.000:1
Brillo: 900 nits, max 1.700 nits
SoC:Snapdragon 888
Memoria: 12 GB RAM LPDDR5 + 256 GB UFS 3.1
Dimensiones: 164,3 x 74,6 x 8,38 mm
Peso: 234 gramos
Cámaras: 50 Mpx F1.95, ultra gran angular de 48 Mpx F2.2, tele 5x de 48 Mpx hibrido 10x, frontal de 20 Mpx
Video: hasta 8K
Hace pocos días se presentó el Xiaomi M1 11 Ultra. En Noticias 3D no abundan los análisis de los terminales móviles, salvo que nos llamen la atención por algún motivo o sean especialmente interesantes. No necesariamente tienen que ser móviles caros, aunque en muchas ocasiones las tecnologías más innovadoras e interesantes vienen de la mano de modelos prémium o ultra prémium.
Es el caso del Xiaomi M1 11 Ultra. En esta primera aproximación daremos unas pinceladas generales a partir de la experiencia de uso del terminal durante estos primeros días. Después ya compararemos con la tecnología de cámaras de terminales como los Samsung Galaxy S21 Ultra, Huawei P40 Pro Plus o con las cámaras de los OPPO Find X3 Neo, Google Pixel 4a y realme 8 Pro, al menos en aquellas cámaras más potentes.

Yendo al grano, decir que la pinta del Xiaomi Mi 11 Ultra es impresionante. Los entusiastas tienen en el terminal, sin necesidad de encenderlo, un dispositivo que parece un tanque. El modelo en color blanco con acabado cerámico es grande y bastante pesado, con un módulo de cámara trasero que ocupa prácticamente entre una cuarta y una tercera parte de la parte trasera con una prominencia notable. Es simétrica, por lo que no se balanceará cuando lo apoyamos en una superficie plana, eso sí.
Cuando lo encendemos, entendemos un poco más el porqué de ese módulo trasero tan grande: la pantalla auxiliar mostrará la hora y notificaciones justo al lado de las cámaras de fotos y el flash. Esta pantalla auxiliar a buen seguro se pondrá de moda en otros terminales de gamas altas en un primer lugar. Su mayor utilidad es la de poder hacernos selfis con la cámara trasera, que es la “pata negra”. Y es una utilidad real y divertida, sin duda. El efecto “wow” es importante, pero se acaba pasando y al final nos acostumbramos a tener la pantalla auxiliar.
Xiaomi podría haberse currado un poco más la interfaz para manejar esa pantalla. Para activarla y desactivarla en lo que a pantalla para hacer fotos se refiere hay que usar la pantalla delantera en un menú poco accesible de la app de cámara. Seguramente será posible configurar un acceso directo en algún gesto con los botones físicos, pero no si lo es, hay que buscarlo a propósito.

Otro tanto de lo mismo sucede si queremos cambiar entre la cámara ultra gran angular, la gran angular o el tele 5x: tendremos que dar la vuelta al móvil para hacer los cambios en la pantalla principal de la cámara. Un poco de IA para que la cámara detectase las fotos grupales no estaría mal, de modo que ajustase el angular al tipo de toma que se está haciendo. Por ejemplo, vamos. O un control de gestos con la mano para indicar este tipo de ajustes.
Tenemos altavoces estéreo que suenan bastante “gordo” para ser un móvil y una cámara frontal bastante discreta que se queda en la esquina superior izquierda de la inmensa pantalla de 6,81’’ sin apenas marcos con hasta 1.700 nits de brillo que hacen que se vea bien a plena luz del día. Además, tenemos hasta 120 Hz de refresco de pantalla. La cámara frontal, a poco que nos acostumbremos a la trasera más la pantalla auxiliar, puede que se use más bien poco, la verdad.

El terminal es contundente y la pantalla es una delicia se mire por donde se mire (literalmente). La pantalla trasera, una de esas ideas que una vez que la tienes piensas que cómo es posible que no se le haya ocurrido a nadie más. Esperemos que se convierta en algo más habitual, al menos en los teléfonos de gamas mas altas y mas grandes de espacio.