Las Redes Privadas Virtuales o Virtual Private Networks son redes locales ubicadas en lugares diferentes a donde estemos conectados físicamente a la red y a las que podemos conectarnos, de modo que parezca que nuestra actividad en Internet tiene lugar en dicha red local remota en vez de en dicha ubicación física en la que estemos en un momento dado. Un caso típico es la conexión a la red privada del trabajo, donde se encuentran configuradas las impresoras, las bases de datos que se manejan internamente o servicios de mensajería instalados en la Intranet de la compañía. Hay decenas de opciones donde elegir si queremos usar una VPN, tal y como consta en portales especializados en el análisis de este tipo de soluciones como VPNPro, cada una con sus propias ventajas y desventajas dependiendo del uso que se la vaya a dar.
Si estamos físicamente en la oficina, al conectar el ordenador, la tableta o el móvil a la red, estamos formando parte de la red privada física del trabajo. Pero, imaginad que estamos de viaje o teletrabajando en casa: si nos conectamos al router del hotel o del hogar, ninguna de las aplicaciones o servicios que usemos en el trabajo nos funcionará. Nuestra IP será la que nos asigne el ISP o el sistema de gestión de direcciones del hotel, y estaremos conectados a través de equipos de red totalmente desconectados de la red del trabajo. En estos casos, las empresas pueden decidir la puesta a punto de un servidor VPN en la red local de la oficina, de modo que podamos conectarnos remotamente desde casa o el hotel a la red privada virtual, para que toda la actividad de red que se realice a través de la VPN se lleve a cabo desde los servidores de la oficina en vez de desde la red del hotel o de la casa. Virtualmente, una vez conectados a la VPN, estaremos trabajando en la red remota como si estuviéramos físicamente allí, pero desde casa, el hotel o cualquier lugar del mundo donde estemos conectados.

Para que una VPN sea totalmente efectiva, la comunicación entre el hotel o el hogar y el servidor VPN remoto debería estar encriptada, para que nadie que intercepte el tráfico pueda robar datos como contraseñas, identidades o datos bancarios. El resultado es una especie de teletransporte virtual, de modo que, aunque estemos en otro lugar, a efectos prácticos, hará posible que nuestra ubicación en la red sea la del servidor VPN. Una vez conectados a la VPN del trabajo, aunque estemos en Australia, podremos imprimir un documento en la impresora de la oficina, o acceder a los servidores de bases de datos locales de la oficina. Es como crear una réplica virtual de nuestro ordenador en el servidor VPN, "llevándolo" hasta dicho servidor a través de una conexión de Internet desde donde estemos hasta el servidor, preferiblemente en un formato "tunelizado" y encriptado.
No solo para trabajarEl trabajo es una aplicación obvia para las VPNs, pero sus usos van mucho más allá. Gracias a la desubicación que se consigue al usar una VPN, muchos usuarios han visto en ellas un recurso para realizar tareas online limitadas a ciertas ubicaciones geográficas. Los proveedores de servicios VPN instalan sus servidores en diferentes países y los usuarios se conectan al aquel servidor que sea conveniente para llevar a cabo las tareas que sean menester. Por ejemplo, si tenemos una suscripción a Netflix contratada en Europa, si nos conectamos a Netflix desde EEUU con nuestra cuenta, posiblemente no podamos ver los contenidos al estar diferenciados dependiendo de la ubicación de los suscriptores. En este caso, podemos conectarnos a una VPN con servidores en Europa para hacer creer a Netflix que estamos conectados desde Europa aunque físicamente estemos en EEUU. Como veremos más adelante, las aplicaciones de las conexiones son muchas y muy variadas en campos como la seguridad, el ocio o la privacidad.
De todos modos, en el caso de la privacidad, hay que decir que, estrictamente hablando, una red VPN no garantiza nuestro anonimato. Lo único que hace es trasladar nuestro registro de actividad a otro servidor, pero lo que hagamos, las páginas que visitemos o los servicios a los que accedamos seguirán siendo “Trazables” llegado el caso. Para asegurar una navegación anónima, tendremos que usar un navegador como Tor, además de acceder a Internet a través de una VPN. La encriptación de nuestros datos, en una VPN, estará asegurada en muchos casos (no es obligatorio) entre nuestro ordenador en casa o en un hotel o en el móvil, y el servidor VPN que usemos, pero lo que hagamos en Internet desde ese servidor estará básicamente abierto y trazable si usamos navegadores o aplicaciones que no establezcan medidas de anonimato.

Decenas de opciones diferentes
Como veremos más adelante, hay muchas posibles opciones donde elegir VPN. En muchos casos serán de pago pero también hay servicios VPN gratuitos, o con prueba gratis, o con opciones gratuitas más otras premium de pago. El mundo de las VPNs es bastante más útil y hasta entretenido que lo que pudiéramos pensar en un principio. Más tarde o más temprano necesitaremos o será conveniente que usemos una VPN, por ocio o por trabajo o por conveniencia. Así que, mejor si tenemos algunas nociones sobre ellas. En portales como VPNPro puedes encontrar información detallada sobre decenas de ellas. Por lo pronto aquí te damos unas nociones básicas sobre lo que son y sus aplicaciones. También puedes completar la información sobre conceptos básicos en VPNPro.