Fabricante: Sapphire
Modelo: Nitro+ Radeon RX 590 8G Dual
Chip: Polaris
Velocidad: 1.560 / 2.100 MHz (memoria)
Memoria: 8 GB GDDR5
Conexión: PCI Express x16 v3.0
AMD ha querido actualizar su serie RX 500 con un nuevo modelo que, básicamente, hace algo más potente a la RX 580, top de dicha serie, y la adapta a títulos más actuales y con más demanda de recursos. En pocas palabras: AMD ha querido sacar una tarjeta que permita jugar a juegos actuales con una resolución de 1080p y detalles al máximo sin que suponga un problema, y todo eso en compañía de monitores FreeSync que permitan, además, una alta tasa de refresco. De esta forma justifican el lanzamiento de una tarjeta gráfica que, una vez más, da otra vuelta de tuerca a la conocida arquitectura Polaris.

En el tiempo que ha transcurrido entre el lanzamiento de las RX 580 y la época actual han aparecido títulos exigentes (Battlefield V, Shadow of the Tomb Raider...) y se ha duplicado la exigencia de los juegos de eSports. Por eso, la RX 590 promete un 15% más de rendimiento en juegos AAA, y ese doble de potencia que ahora piden los títulos de eSports, y con los que esta tarjeta no debería tener demasiados problemas. En la siguiente captura queda más o menos claro:

La RX 590 de AMD llega, al mismo tiempo, para cubrir un hueco en el mercado: el que se comprende entre las RX 580 (GTX 1060 de NVIDIA) y las RX vega 56 (GTX 1070/1070 Ti) y RX Vega 64 (GTX 1080, RTX 2070 y GTX 1080Ti). Ese espacio entre estos dos conjuntos de GPUs con una diferencia de 150 dólares, y por ahí AMD podría intentar rascar algo con la RX 590...

Y es por eso que en números teóricos, esta RX 590 que hoy se estrena debería otorgar un 12% más de rendimiento que una RX 580, y un 15% más de frecuencia de reloj que aquélla. El proceso de fabricación sigue siendo el de 12nm, y seguirá contando con la arquitectura Polaris y todas las ventajas de AMD a nivel software: Radeon ReLive, AMD Link, Enhanced Sync, Radeon Chill, etc. AMD vincula la tarjeta, además, con los monitores FreeSync, y asegura que su pareja perfecta es un FreeSync a 1080p y hasta 240 Hz.


Por unos 600 dólares podemos tener la tarjeta y un monitor que aproveche todas sus tecnologías, aunque podemos ver por los ejemplos que el monitor costará más caro que la propia tarjeta. Para reflexionar...