La solución Powerline 1240E de AVM viene en forma de kit con un dispositivo en el que se inyecta la conexión de Internet a través de un cable Ethernet (FRITZ!Powerline1000E) y otro que, además de la conexión Ethernet integra un punto de acceso WiFi (FRITZ!Powerline 1240E). En la red se pueden instalar más dispositivos 1000E y 1240E (o de tecnologías PLC más lentas como los de la serie 500) si se necesita, aunque en este caso deberán ser comprados aparte. Se enchufan directamente a las tomas de corriente correspondientes, con la precaución de no usar regletas con sistema de filtrado. Los LED de estado nos indicarán si los dispositivos PLC se han sincronizado correctamente, aunque para acabar de configurarlos tendremos que recurrir a la interfaz web de los PLC, si bien también disponemos de una aplicación para gestionar otros aspectos de su funcionamiento: la app FRITZ!Powerline. Para averiguar su dirección IP podemos recurrir al mapa de red de nuestro router, o bien, si tenemos un router AVM, acceder directamente a estos dispositivos al ser gestionables desde los routers de esta marca a través de simples enlaces donde los dispositivos se presentan por su nombre de una forma amigable y muy intuitiva.

El contenido del kit FRITZ!Powerline 1240E
El asistente de configuración web permite definir una contraseña de administración, así como establecer los parámetros del punto de acceso WiFi, comprobar el estado del enlace PLC así como el estado de la encriptación o realizar labores de mantenimiento tales como la actualización del software o la gestión de la energía. El punto de acceso WiFi es de 2,4 GHz únicamente, con tecnología 802.11n 300. Para Ethernet, se usa tecnología Gigabit aprovechando que la tecnología PLC que usa lo permite.
Recuerda que la velocidad especificada por el estándar PLC es solo la del canal en Mbps. Las transferencias de datos reales son bastante más modestas, aunque para PLC 1000 se superan fácilmente los 100 Mbps reales de las conexiones Ethernet 10/100.

El conector Ethernet gigabit
El tamaño de los PLC de AVM es notablemente delgado y compacto comparado con otras soluciones Powerline. Es cierto que solo tienen una conexión Ethernet y que la tecnología WiFi no es especialmente avanzada, pero se agradece poder enchufar los PLC en tomas ocultas tras muebles, por ejemplo. No es lo ideal, pero si no queremos usar regletas a veces hay que recurrir a enchufes que no se usan habitualmente. En la práctica, el punto de acceso WiFi tiene una utilidad limitada si tenemos fibra o cable con velocidades de hasta 300 Mbps simétricos. En las pruebas de rendimiento, de hecho, el cuello de botella estaba en el propio WiFi del PLC. También podemos hacer que el punto de acceso WiFi funcione como repetidor, aunque, de nuevo, el cuello de botella lo pone la tecnología 802.11n. La conexión Ethernet Gigabit sí es capaz de manejar tasas de transferencia y latencias aptas para, por ejemplo, jugar en modos multijugador o para acceder a servicios de streaming online.
La calidad del enlace PLC dependerá de la instalación eléctrica de nuestra casa. Además, si se enchufan aparatos con motores potentes como un microondas, hornos, lavadoras o incluso taladros, afectarán negativamente a la velocidad del enlace a causa de las interferencias.




El asistente de configuración permite ajustar los parámetros de funcionamiento al milímetro. Los códigos QR facilitan la conexión en los dispositivos móviles usando la app FRITZ! WLAN
AVM se ha preocupado especialmente de poner en manos de los usuarios menús de configuración capaces de modificar parámetros avanzados como la potencia de transmisión del enlace, o con opciones para monitorizar el estado del enlace PLC. Hay que manejarlos con cuidado y, sin ir más lejos, bajando al mínimo la potencia de transmisión en uno de los PLC directamente desapareció del mapa de red y tuvimos que resetearlo a sus valores de origen usando el botón WPS/WLAN pulsándolo durante 15 segundos. Con todo, el ecosistema de AVM para sus dispositivos Fritz! se presenta como una propuesta muy conveniente para usuarios que, si bien no son expertos en las tecnologías de networking, sí quieren tener acceso a una configuración a medida y a información avanzada sobre el estado de sus dispositivos conectados.

En la parte de información, encontramos datos tan valiosos como la caracterización del canal PLC que permite identificar problemas sin más que examinar la atenuación que sufren los dispositivos. En este caso, en la parte más alejada de la casa, el PLC presenta una atenuación notable.
Si hablamos de rendimiento, debemos hacerlo con cierta precaución. Tanto los dispositivos PLC como los repetidores WiFi dependen de variables tales como la calidad de la instalación eléctrica, la disposición de paredes, la longitud de los cables, o la calidad de la señal WiFi que llega al repetidor, que será la que se use como base para la retransmisión de los datos. Tanto en tecnología WiFi como PLC, las velocidades teóricas son difíciles de alcanzar en escenarios reales. Concretamente, en nuestro caso, probando los dispositivos en una vivienda de 60 metros cuadrados, con una instalación eléctrica relativamente moderna, obtuvimos resultados aceptables usando el cable Ethernet como conexión en el salón, aprovechando la velocidad de acceso de 120 Mbps de bajada y 12 Mbps de subida en casi su totalidad. En la cocina, en el extremo más alejado de nuestro router, la velocidad obtenida en las mediciones fue baja, tanto con Passmark como con Speedtest. Si hablamos de WiFi, el cuello de botella en este PLC lo pone la tecnología 802.11n de 2,4 GHz con una capacidad de transmisión limitada, y más aun si pensamos que muchos dispositivos móviles y portátiles puede que no usen ni siquiera el modo MIMO 2x2 y se queden con una antena, reduciendo la velocidad a 150 Mbps en vez de los 300 Mbps teóricos.
De especial utilidad es la gráfica de caracterización del canal de transmisión, donde el parámetro más relevante es el de la relación señal/ruido del canal. Sin más que observar el valor de dicho parámetro podemos hacernos una idea precisa de la calidad de la señal que se transmite a través de la red eléctrica en nuestra instalación.