Es el momento de centrarnos en los aspectos más externos de un ratón gaming, y no por ello menos importantes. A la hora de fijarnos en uno de estos dispositivos, ¿qué es lo que más llama nuestra atención? Efectivamente, el diseño. Los fabricantes generalmente hacen hincapié en el diseño como un reclamo visual, y hay algo más en ello que una forma bonita atractiva: la ergonomía. Si bien es verdad que dependiendo de cómo nos presente uno de estos periféricos nos entrará más o menos por los ojos, la verdad es que lo más importante es que el diseño permita que el ratón se adapte bien a nuestra mano, y que, en definitiva, acabe siendo una parte más de nuestro cuerpo. Antes de nada, comodidad. Ergonomía significa que al probar el ratón durante horas, la mano no se nos canse, y que se adapte bien a nosotros. También significa que los botones se pulsen bien y que pueda accederse a ellos de la forma más cómoda posible (con una sola mano).

Dentro de la ergonomía también podríamos considerar el diseño para diestros y zurdos. Esta característica no es tan evidente con sólo echar un vistazo al ratón, y es posible que debamos tocarlo antes de saberlo. Algunos fabricantes hacen referencia a ello en la caja del producto, pero otros no, ya que poseen diseños genéricos que, en principio, deberían servir para ambas manos. Si somos zurdos tendremos que tener en cuenta que los diseños suelen ser para las manos contrarios, así que es mejor mirar bien, y probar si es posible, lo que nos va mejor según nuestra mano. Por último, la posición de los botones será algo a tener en cuenta, ya que está relacionado con la ergonomía. Por eso es tan importante echar mano, y nunca mejor dicho, a un ratón antes de adquirirlo.
Seguramente os habréis dado cuenta de otro aspecto visual común a la mayoría de ratones gaming: leds y colorines. Muchos incorporan luces de ambiente que si bien en muchas ocasiones sólo sirven para remarcar visualmente el dispositivo, no tienen un uso real más allá de lo meramente estético. En otras ocasiones sí podemos encontrar que haya leds que nos indiquen, por ejemplo, los niveles de DPIs actuales, que diferentes colores nos informen del perfil activo, o que incluso haya ratones con pequeñas pantallas OLED en la zona superior que nos muestren diferentes datos. La utilidad de todos estos detalles es relativa, y recae en cada usuario en considerarlas o no.

Algo que también atañe al aspecto general de un ratón es su tacto y su deslizamiento sobre la superficie, además de su peso. El tacto hace referencia al acabado del ratón: los hay con tacto de plástico, otros de goma, y otros que usan ambos materiales según la zona de la superficie que observemos. El deslizamiento tiene que ver con la base del ratón: la mayoría incorporan unos pads o adhesivos de goma que permiten que se deslice sobre cualquier superficie de manera más o menos suave. Lo suyo es que el fabricante incluye unos pads adicionales para cuando los que vienen con el ratón se desgasten del uso intensivo, pero no todos los incluyen. Probar cómo se desplaza un ratón también estaría bien para determinar su suavidad, y si podemos hacerlo en varias superficies, mejor que mejor. Por último, algo relacionado con el deslizamiento es el peso. Los ratones, en principio, cuanto más ligeros mejor, pero no es así en todos casos. Algunos modelos incluyen pesos de varios gramos para personalizar el grado de resistencia del ratón a la hora de deslizarse. Su uso, sinceramente, es indiferente, y no influye mucho en el desplazamiento del ratón, aunque los habrá que sean fans de esto...
Nos queda hablar sobre los botones. Un ratón, por lo general, tiene los botones principales izquierdo y derecho, aparte del scroll central (que se puede pulsar), y generalmente dos botones laterales para ir atrás y adelante durante la navegación web. Cada fabricante es libre de añadir o quitar más o menos botones, y tanto su posición como su nivel de pulsación pueden ser determinantes para algunos usuarios. Los interruptores Omron son de los más utilizados para la construcción de los botones, ya que está demostrado que aguantan muchos más clicks que cualquier otro. Por otro lado, comentar que los botones suelen tener todos una pulsación similar, y que lo que debe llamar más nuestra atención es cómo estén dispuestos en el propio ratón, y si con los dedos de una mano todos son accesibles. Esto dependerá, naturalmente, del diseño ergonómico, al que antes hemos hecho referencia y que puede ser determinante en muchos aspectos.

Por último, nos gustaría mencionar la presencia de software propietario para mejorar la experiencia de cualquier ratón. Por lo general, sólo tenemos que conectar este periférico a un ordenador para que nuestro sistema operativo lo detecte a la primera. Pero si queremos sacarle el mayor partida a muchas de las características ya mencionadas (cambio de DPI, configuración del polling rate, etcétera), deberemos instalar el driver propietario que los fabricantes suelen adjuntar con cada modelo. Muchos de ellos permitirán guardar la configuración en diversos perfiles, y éstos se almacenarán o bien en un archivo o bien dentro del ratón, ya que muchos incorporan memoria interna, lo que significa que podremos llevarnos el ratón a cualquier máquina y no tendremos necesitar de cargar información alguna. Todo son ventajas.