En este apartado vamos a ver las características de la tarjeta en sí, y tocaremos de puntillas los detalles respecto al chip Fiji y las memorias HBM, ya que lo tenéis todo más detallado en el artículo al que antes hacíamos mención. Por eso, analizaremos la tarjeta de forma más general, sin entrar tanto en detalle sobre su arquitectura interna, aunque será inevitable resumirla para que nos quede claro.
Primero de todo hemos de entender que la Fury X se sitúa en la cima, en el top del rendimiento para la nueva serie 300 de AMD. De hecho, no corresponde a ningún número dentro de dicha serie: AMD nos informó de que tendríamos, de menos a más potencia, la R7 360 y 370, R9 380 (ya analizadas) y 390, y luego las Fury X, que serían algo así como las Titan de AMD pero sin poseer tanta potencia. O al menos es lo que se ha podido deducir sobre el papel, que ya es mucho. Esto deja una arquitectura totalmente nueva para una tarjeta que juega en otra liga dentro de la serie presentada, y la razón por la cual AMD ha pretendido ofrecer algo que ni tan siquiera NVIDIA ha ofrecido de serie: la refrigeración líquida como sistema de disipación stock de calor.

Así es el modelo de referencia recibido
Sin duda alguna, aparte del chip Fiji y las todopoderosas memorias HBM, el sistema de refrigeración es la gran novedad de las Fury X, y uno de sus atractivos. AMD ha pensado que en lugar de disipar el calor directamente sobre la tarjeta, mediante heatpipes y láminas de aluminio, extraer el foco de calor del propio PCB y hacer algo parecido a lo que hacen actualmente Intel, o la propia AMD, con sus procesadores, y es emplear un kit de refrigeración líquida sellado de fábrica, con una parrilla y un ventilador externos que podemos acoplar en cualquier hueco de nuestra caja. Si ya disponemos de un sistema parecido para nuestro procesador deberemos contar con el espacio para ello y retirar otro ventilar. Muchos modelos de cajas poseen de serie espacio para dos ventiladores de 12 centímetros en la parte superior, con lo que si tenemos la solución de AMD y algo parecido en nuestro procesador habrá hueco para todo.
El sistema de refrigeración elegido es como ya lo conocemos: la zona de contacto con el chip principal está en la carcasa que recubre el propio PCB, y allí mismo encontramos la bomba que mueve el líquido refrigerante por el interior de los tubos. Éste viaja por ellos hasta la parrilla, donde el ventilador de 12 centímetros instalado enfría todo el conjunto. La principal ventaja de esto es que en el caso de una GPU evitará que el calor se condense en el propio PCB, algo más habitual en tarjetas PCI Express que se instalan en paralelo y que suelen tener poco espacio entre ellas. Otra ventaja es que dejando la refrigeración externamente esto permite que la propia tarjeta gráfica sea más pequeña, ya que no requiere de un sistema de heatpipes o láminas de aluminio que la hagan más voluminosa. Por eso, la Fury X tiene una longitud de 194 milímetros, mucho menos que cualquier top de gama en su modelo referencial.




Detalles de la tarjeta y del sistema de ventilación
Por lo demás, contamos con una tarjeta gráfica con un diseño de líneas rectas, el logo Radeon tanto en la parte frontal como en la superior (en éste último caso se ilumina cuando la encendemos). El recubrimiento de la tarjeta es total, backplate incluido, reforzando así el conjunto. En el caso de esta tarjeta, necesitaremos dos conectores PCI Express adicionales de 8 pins, así que más vale que nuestra fuente de alimentación esté preparada, ya que aparte de esto la Fury X posee un TPD de 275 vatios. Echad cuentas. Y un detalle interesante: en la parte trasera de la zona donde conectamos los dos alimentadores adicionales PCIe, AMD ha colocado ahora unos leds que indican la carga de trabajo de la CPU, a modo de ecualizador gráfico. De esta forma podemos saber, con tan sólo un vistazo, si la tarjeta está forzándose mucho o no.
A nivel de conexiones, la Fiji X ha sido dotada de 3 DisplayPorts y de un HDMI. Aquí AMD ha decidido prescindir totalmente de las salidas DVI, lo que siempre es un indicativo de lo que está por llegar. Como hemos podido ver, la tarjeta es distinta a lo visto hasta el momento: más pequeña de lo normal (un 30% más corta que la 290X), sistema de refrigeración líquida que la hace más fresca y silenciosa (menos de 32 dBA de ruido y unos 50 grados en un escenario de juego típico), indicadores led para la carga de trabajo..., y por supuesto, un chip interno que es una auténtica promesa de futuro.

Conexiones
Para no reincidir sobre lo que ya sabemos, resumiremos las cuatro cosas a saber del verdadero corazón de la Fury X, ese chip Fiji del que ya se ha hablado hasta la saciedad: integración del chip gráfico y de las memorias en el mismo die e interconexión entre estos elementos mediante el interposer, un 60% más de ancho de banda que la 290X, tamaño reducido gracias a la integración de las memorias, interfaz de hasta 4.096 bits (una auténtica monstruosidad), menor consumo de las memorias, posibilidad de fabricar tarjetas de pequeño tamaño (se ahorra en materiales) y una mejor disposición a la hora de ofrecer rendimiento para realidad virtual y aplicaciones 4K. Las memorias empleadas son HBM, mucho más rápidas que las GDDR5 y con un mayor ancho de banda y bus de datos, ideales para que el juego sea fluido. Pero existen algunas limitaciones.
Por el momento, AMD no ha logrado instalar más de 4 GB de memoria HBM, lo que puede limitar un poco el rendimiento de la gráfica a nivel de texturas. Desde AMD nos aseguran que el bus de las memorias y el ancho de banda compensan cualquier carencia, pero hay que verlo en las pruebas para salir de dudas. Por otro lado, por el momento las memorias HBM no se pueden overclockear, y se nota que aún están en una fase muy temprana de desarrollo, al menos por todo lo que pueden ofrecer. En los siguientes tests veremos de qué están hechas las HBM y el núcleo Fiji, pero por el momento os dejamos la hoja de especificaciones, sacada de la documentación oficial de AMD:


El ventilador activo