Como siempre, comenzamos por la parte más estética de la placa, describiendo lo que vemos a simple vista y que, como hemos dicho, no se diferencia ni un ápice de lo visto en otras placas del fabricante, ya que se han empleado los mismos colores (blanco, azul cielo, azul eléctrico y algunos tintes de negro), y prácticamente el mismo diseño. Por si no queda claro, para muestra, un botón:

La GIGABYTE B75M-D3H en primer plano
Ya que hablamos de una placa base microATX no hay muchos elementos en la superficie, al menos más allá de los que cabría esperar. Por ejemplo, el disipador pasivo del chipset principal es un simple recuadro de aluminio, sin más parafernalias, alrededor del socket no hay nada más que las fases de alimentación y los módulos de RAM bicolor, además de los conectores ATX y EPS (en este caso de 4 pin).




Zona del socket al detalle, además de conexión ATX y RAM
Respecto a las ranuras de expansión, disponemos de lo siguiente: 1 puerto PCI-Express x16 que funciona a x16 y que soporta el estándar 3.0 (sólo con los procesadores compatibles, claro), 2 puertos PCI convencionales, y otro puerto PCI-Express x16 que funciona a x4. Obviamente, si tuviésemos que instalar alguna tarjeta gráfica debería ser en el primer puerto. Se permiten configuraciones AMD CrossFireX, pero hay que tener en cuenta que el segundo puerto PCI-Express funcionará a x4.

Conexiones de la parte trasera
Y como no podían faltar las conexiones del panel trasero de la B75M-D3H, miremos qué hay: puerto PS/2 combinado para teclado o ratón, 6 puertos USB (dos de ellos 3.0), salida HDMI, salida VGA, salida DVI, puerto gigabit ethernet y 3 jacks de audio. Simplicidad ante todo.