Mi primer móvil fue un Motorola Startac. Tenía unos trece o catorce años, y en el momento era una verdadera maravilla, siendo el primer móvil de formato Clamshell, y con un diseño bastante compacto. La funcionalidad del móvil era la obvia: llamar, y ya era una maravilla el simple hecho de tener teléfono en todas partes.
Mis sucesivos teléfonos no variaron demasiado en su objetivo, hasta llegar a esa maravilla llamada N-Gage, que sencillamente me dejó sin palabras. Lo reservé en cuanto supe que se iba a lanzar, y lo compré libre el mismo día en que llegó a España. Con el N-Gage editaba textos, me conectaba a internet (controlando al milímetro el consumo en una época sin tarifas planas), y reproducía vídeos y jugaba al glorioso Tomb Raider.

¡El móvil más resistente del universo!
Parece obvio que fijarse en el interior del aparato es la mejor manera de entender por qué uno es más potente que otro, o al menos tendremos unas pistas claras de ello. Ha pasado ya mucho tiempo desde ese N-Gage, y aún más de los ladrillos Alcatel One Touch Easy o del indestructible Nokia 3310, y sorprende la evolución que han sufrido estos aparatos de uso diario que llamamos, a día de hoy, smartphones. Hemos pasado de poder llamar y recibir SMS de un par de líneas a conectarnos a Internet, enviarnos fotos y vídeos casi al instante, y hasta flirtear con las videoconferencias y los pagos inmediatos por móvil. Y lo que nos queda...
De hecho, los teléfonos han experimentado tal nivel de evolución que en la actualidad aparecen de forma reiterada en todas las webs de hardware. Y esto es porque en su interior encontramos claras similitudes con los ordenadores de sobremesa o los portátiles, no en un sentido estricto, sino en la comprensión del propio hardware que incorporan. Procesadores, gráficas dedicadas, memoria RAM, almacenamiento sólido... Todo es lo hallamos en un PC, y el nivel de eficiencia y rendimiento ha llegado a unos niveles que tenemos la potencia de consolas y ordenadores en la palma de la mano. Ahora no hay empresa que no quiera aportar su granito de arena a ese pastel tan grande y suculento como es el mercado de la telefonía.
Y las tablets tienen mucho que decir al respecto. Son la versión hipervitaminada de los smartphones (a veces no hay diferencias entre unos y otros), y actualmente ocupan un puesto importante en ese sector móvil del que hablábamos. La evolución de smartphones y tablets corre en paralelo, y los progresos en uno son los éxitos en otro. Hasta dónde llegaremos es difícil saberlo, aunque siempre se puede especular...

Las cosas han cambiado mucho...
Como habréis observado, de un tiempo a esta parte en Noticias3D hemos realizado análisis de smartphones, cosa que empezamos hace relativamente poco. Son piezas de hardware, como decíamos, y ya ocupan nuestro campo de uso diario, por lo que merecen ser tratados como aparatos totalmente independientes.
El artículo que hemos preparado hará un repaso por los chips móviles más conocidos, tanto procesadores como gráficas dedicadas y SoCs, y las especificaciones técnicas más demandadas en la actualidad. Todo desde el punto de vista de lo visual, de los juegos y aplicaciones gráficas que han convertido estos dispositivos móviles en consolas de bolsillo de respetable calidad gráfica. Analizaremos los elementos imprescindibles de estos chips, y cuál es su segmento en el mercado actual de dispositivos móviles.
La potencia ultrarreducida de tablets y smartphones se traduce en una tecnología que hace un tiempo atrás nos habría parecido impensable. Comprenderla ahora nos puede facilitar enormemente las cosas.