La mayoría de NAS que se venden son máquinas especialmente diseñadas para esta tarea. Resumidamente, son cajas para uno, dos o más discos que en su interior incorporan procesadores y memorias de bajísimo consumo, que generan escaso ruido, y que llevan un sistema operativo propio, generalmente muy configurable y de amplias posibilidades. Puede ser más o menos versátil, pero generalmente son sistemas cerrados; es lo que hay y punto.
Por eso, nuestra misión en el artículo de hoy es demostrar que tenemos alternativas quizá menos elegantes, pero igualmente efectivas y potentes, con las cuales podremos convertir prácticamente cualquier ordenador en un NAS. Y todo ello sin invertir un euro.
Como decíamos, un NAS dispone de un hardware y un software específico, pero no dejan de ser ordenadores al uso con un sistema operativo propietario (muchas veces modificado de alguna versión de Linux), y unas características técnicas que no lo alejan mucho de las máquinas que conocemos. Esto es algo que hemos podido ver en la gran mayoría de NAS analizados en Noticias3D: procesadores x86 (en su mayoría), memoria RAM integrada en el sistema, fuentes de alimentación externas, ventilación adicional, varias bandejas para discos (con intercambio en caliente), etcétera. Es decir: servidores de datos en envases pequeños.
Si tenemos un pequeño ordenador en un NAS, en realidad, lo único que nos hace falta para que un PC normal se transforme en un Network Attached Storage es un sistema operativo, un firmware determinado que gestione todo el hardware. ¿Existe algo así? Sí y, además, son opciones totalmente gratuitas.

Tampoco hay que irse a este tipo de soluciones para hacer un NAS casero...
La primera a la que hacemos referencia es FreeNAS. Este pequeño sistema operativo es una distribución de Linux basada en FreeBSD que ha sido diseñada específicamente para transformar cualquier ordenador en un NAS. Como su nombre indica, es una alternativa no sólo de código abierto, sino que es totalmente gratuita, y recibe soporte de parte de una avezada comunidad, además de actualizaciones cada cierto tiempo. Se caracteriza por su sencillez tanto en la instalación como en la configuración, y por no requerir demasiados conocimientos en general. Además, está totalmente en español.
La segunda opción que nos puede interesar recibe el nombre de OpenFiler. Se trata de otra distribución de Linux, algo más versátil que FreeNAS pero igualmente sencilla de configurar e instalar. Está basada en la distro centOS, y es de código abierto bajo la licencia GNU/GPL. Tiene características muy similares a FreeNAS, una interfaz más amigable, y unos requerimientos mínimos algo más elevados que FreeNAS: si ésta pide 32 MB de espacio en disco, 96 MB de RAM, la presencia de un CD Rom y una tarjeta de red, OpenFiler requiere de una CPU mínima de 500 MHz, 256 MB de RAM, 10 GB de almacenamiento, CD Rom y conexión Ethernet. Igualmente, tampoco son requerimientos exagerados.
Éstas son las alternativas gratuitas que conocemos y en las que basaremos nuestro análisis, de forma que si ya tenemos seleccionada la máquina que utilizaremos como NAS sólo nos queda comenzar la instalación del sistema operativo.
Antes de eso, un par de detalles sobre el almacenamiento. Es recomendable disponer al menos de un disco interno para guardar todos los datos. Estos dos sistemas escogidos guardarán algunos datos en el disco (en el caso de FreeNAS ocupa una ridiculez de 32 MB), por lo que puede que se coman algo de espacio. El resto lo podemos particionar a nuestro gusto, si bien recomendamos tener discos distintos si queremos tener más de una unidad para almacenar.
OpenFiler y FreeNAS aceptan configuraciones RAID y JBOD, por lo que si pensamos hacer algo respecto a esto mejor disponer de discos duros de idéntico tamaño y características. Recordad que a la hora de crear los volúmenes dentro de los sistemas se borrarán todos los datos que hayan almacenados. Quedáis avisados.
Pues venga, vamos allá.