Hasta ahora, en nuestras editoriales hemos revisado sólo algunos ejemplos que, si bien son los más destacados y conocidos, no son ni mucho menos la visión completa de unas décadas repletas de hardware incipiente, juegos de enormes píxeles y mucha, mucha ilusión. Pero no sólo de ordenadores vive el hombre...
Las consolas, aunque son un tema minoritario en Noticias3D, lo cierto es que están muy vinculadas con la historia del hardware. ¿Cuál el motivo por el cual estos aparatos fueron creados? Jugar. Y punto. Se le quitaba cualquier complicación, cualquier versatilidad, y ya teníamos un aparato que sólo servía para eso, para rompernos los dedos botoneando, sin las complicaciones de un ordenador. Incluso actualmente, las consolas comparten gran parte del hardware que ha dado vida, en un momento u otro, a los ordenadores más conocidos, aunque muchas veces cuentan, o han contado, con hardware propio. La relación entre ambos mundos es obvia.

¿Para qué conformarse con una consola cuando podemos tenerlas todas?
Vamos a hacer un pequeño alto en el camino descriptivo de los ordenadores retro para centrar nuestra atención en las consolas clásicas comenzando por las de 8 bits, repasando no sólo sus especificaciones sino sus juegos y características más destacadas. Llegaremos hasta la década pasada, cuando empezó el presente panorama actual de rivalidad entre marcas, y dejaremos algunas preguntas en el aire.
La idea es hacer un repaso por las principales consolas de SEGA y Nintendo, pero también repasaremos cosas menos conocidas, como algún modelo de Atari, de SNK, de Philips, o incluso e NEC. De hecho, la historia de estos aparatos da para mucho, tanto, que finalmente hemos tenido que dividir el artículo en dos partes. Ahí es nada.
La propia historia del hardware comprende muchos aparatos, no sólo ordenadores. Todos ellos, desde el reloj Casio con calculadora hasta el Core i7-3960X, pertenecen a la propia cronología del mundo tecnológico tal y como lo conocemos. Repasar la historia de las consolas más retro también despertará alguna que otra lagrimilla. ¿Que no? Pues ahora mismo lo sabremos ;)