Si ahora mismo os digo que tengo un disco de 1 TB lleno de archivos, muchos de vosotros pensaréis: “bueno, yo también, y mil más como yo”. Ahora es algo habitual, pero si se le hubiera dicho esto a un usuario de los años ’80, seguramente habría pensado en alguna película de ciencia ficción como referencia. Y es que los sistemas de almacenamiento están dando unos pasos tan agigantados que cantidades, y formas, que hace años nos parecían impensables, ahora son tremendamente habituales. Y lo que nos depara el futuro…
El almacenamiento, tan necesario para la vida diaria
Cierta “culpa” de este aumento, de estos cambios en las formas que tenemos de almacenar información, la tiene Internet, que ha cambiado nuestra manera de ver la vida y el mundo que nos rodea, quizá de una forma mucho más profunda de lo que nosotros pensamos. Dicha evolución llega a un punto en que muchos usuarios alternan sin ningún tipo de problemas entre métodos de almacenamiento local (físico), con el on-line, en creciente desarrollo. Éste último era algo impensable hace pocos años, y ahora se convierte en una opción muy válida y que, sin duda, altera la forma que tenemos de concebir los sistemas para guardar información.
Con todo, de los disquetes, DVD y discos duros pasamos a los servidores, a las cuentas privadas, VPN… y otras formas de almacenamiento en línea, o más comúnmente conocido como almacenamiento “en la nube”. Si es éste el paso que deben dar los usuarios a partir de ahora es cosa de esos mismos usuarios, pero desde luego, estamos viviendo el comienzo de una nueva revolución en los sistemas de guardado de información en donde los datos ya no se archivan en contenedores físicos para el usuario, sino que están en algún lejano lugar del mundo, en una pequeña cuota de disco de un servidor de una gran compañía del cual desconocemos su ubicación.
Los pendrives se han convertido en un estándar
Las dudas y preguntas que nos surgen al observar esto son muy numerosas: ¿mis datos están seguros, ya que yo no los controlo? ¿Puedo confiar en que siempre los tendré disponibles? ¿Estoy libre de virus? Y eso es lo que precisamente vamos a averiguar hoy, enfrentando a dos supuestos enemigos (que en realidad tampoco lo son tanto): el almacenamiento físico contra el almacenamiento on-line. Repasaremos las opciones del uno y del otro, y observaremos los pros y los contras. Viajaremos hasta donde la imaginación nos lleve y descubriremos cuál puede ser el siguiente paso en los sistemas de almacenamiento.
Guardad toda esta información en vuestras cabezas porque allá vamos.