Cuando hoy se habla de velocidades de acceso a Internet entorno a Mbits/s parece mentira que en 1975 se creyera que 20Kbits/s sería la máxima velocidad de transmisión posible sobre líneas telefónicas. Las conexiones ADSL que seguramente conocéis ya la mayoría de vosotros prometen hacer realidad esos sueños de una navegación agradable y en condiciones que todos los usuarios de módems de 56Kbits/s no tenemos. La explosión de Internet no conoce límites, pero sin embargo los servicios no han mejorado de forma sustancial en los últimos años. La inmensa mayoría de usuarios siguen utilizando módems convencionales y los usuarios de RDSI, cable y ADSL son una minoría. Eso no es de extrañar porque hasta hace poco la existencia de ADSL era algo desconocido, el cable ha tardado en llegar a todo lo que no sea grandes urbes y en cuanto al RDSI, en mi opinión, no merece la pena por lo que aporta.

Tras todas las esperas, parece que el ADSL ya está disponible en casi la totalidad del territorio nacional y a un precio mejor que otras ofertas del mundo del cable. Vamos primero a ver de forma detallada los conceptos que están detrás de esa tecnología capaz de sacar mucho más jugo a la línea convencional para más tarde adentrarnos en ADSL práctico, configurando routers y demás.