
Estamos ante un equipo de los que hay que tratar con precaución debido al uso de una tarjeta gráfica GeForce RTX 3080 Mobile Max-Q. Cuando decimos “con precaución”, no es tanto porque sea mejor o peor, sino porque puede haber usuarios que se fijen únicamente en que la GPU es una RTX 3080 sin tener en cuenta que no todas las RTX 3080 van a tener el mismo rendimiento necesariamente en un portátil. De ello hablaremos más adelante, pero queremos “avisarlo” por si a alguien le interesa especialmente este punto, del que hablaremos en la siguiente sección y en la parte de las conclusiones. Por lo demás, tenemos frente a nosotros a un equipo gaming de alto rendimiento con una estética sorprendentemente sobria. Casi parece más un equipo “business” que un gaming, con un sobrio color plata y aluminio como material predominante donde apenas hay elementos coloridos y llamativos como suele suceder en los equipos gaming.

Ya hemos visto en los últimos meses cómo los fabricantes empiezan a eliminar elementos de color e iluminación excesiva de los equipos gaming. Puede suceder que los usuarios van creciendo con su afición y demandan menos fanfarria y aprecian más que la estética sea más “limpia” y compatible con su uso en otros escenarios menos lúdicos. La realidad es que el Predator 500 SE, con la excepción de las toberas de refrigeración, sobredimensionadas como corresponde a un equipo con CPU y GPU de gama alta más una configuración Premium en cuanto a almacenamiento o memoria, parece un equipo “normal”.
Otro elemento que llama la atención es la pantalla de 16’’, con relación de aspecto 16:10 y resolución de 2.560 x 1.600 píxeles. Es una pantalla con tiempo de respuesta de 3 ms, IPS LCD y con frecuencia de refresco de 165 Hz apta tanto para gaming como para un uso convencional como portátil tanto multimedia como en aplicaciones profesionales de alto rendimiento.

El equipo tiene un grosor de 2 cm (19,9 cm para ser más exactos) con un peso de 2,49 Kg sin contar el adaptador de corriente. No es que sea especialmente (ultra)delgado ni ligero si vamos a la parte de las menciones, a pesar de haber “capado” la RTX 3080 hasta un TGP de 100W – 110W frente a los 165W que exhiben las RTX 3080 Mobile más capaces del momento. Es bastante delgado, aunque no es de los más sobresalientes en este campo, quedándose a medio camino entre los equipos más “gordotes” y los gaming ultra-slim. No está mal, de todos modos: el MacBook Pro 16’’ tiene un grosor de 1,6 cm por dar una referencia conocida, con un peso de 2 Kg.
El sistema de refrigeración condiciona el diseño de este equipo, como es lógico, con toberas y rejillas de ventilación y captura de aire en la zona superior del teclado y los laterales en la parte más cerca de la pantalla, así como la parte trasera y parte inferior del equipo. Tenemos nada menos que tres ventiladores en el equipo, por lo que estas rejillas se antojan necesarias, sin duda. El tema del ruido lo discutiremos más adelante.
Los bordes de la pantalla son bastante delgados, trasladando la estética “rectangular” de su pantalla 16:10 al equipo en conjunto. La webcam está donde se espera, con una resolución HD. Tenemos un botón “Turbo” para activar este modo de rendimiento, aunque también podemos recurrir al software Predator Sense para elegir este u otros modos de funcionamiento (silencioso, normal o extremo) así como ajustar el ruido del ventilador dentro de ciertos márgenes, lo cual impacta en el rendimiento también en última instancia. El teclado es también más propio de un equipo estándar que de un equipo gaming. La retroiluminación es de tres zonas, de hecho, sin que llegue a ser una iluminación individual para cada tecla. Lo que está un tanto fuera de lugar es el lector de huella dactilar, ubicado en una esquina del touchpad en vez de estar en el botón de encendido, que es la elección preferida en muchos casos. De todos modos, es una decisión de diseño que no afecta demasiado a la usabilidad. El botón de encendido, en este caso, es una tecla más integrada en el teclado, por lo que no hay margen para integrar el lecto de huella en él, todo sea dicho.

La bisagra es estándar. Es decir, no tiene una apariencia ni un diseño especialmente llamativo más allá de permitir la apertura del equipo hasta casi los 180 grados. La parte de atrás está libre de conexiones, que se reparten solo en los laterales, haciendo que estén un tanto apretujadas. Tenemos Ethernet RJ45, dos USB-C, uno en cada lateral, dos USB de Tipo A, uno en cada lateral, entrada de alimentación, jack combo de audio y lector de tarjetas SD más HDMI 2.1. Los puertos USB-C son compatibles con Thunderbolt 4, USB 3.2 Gen 2 y DisplayPort sobre USB-C, todo sea dicho.

El adaptador es de 230W, con un tamaño nada desdeñable como es de esperar. El conjunto es correcto en cuanto a acabado y construcción, con una estética que puede gustar más o menos, pero que cumple con su función y agradará especialmente a quienes huyen de iluminaciones RGB estridentes o diseños ultra llamativos. Este equipo puede llevarse sin problemas a una oficina o un espacio de trabajo sin que “dé el cante”. Algunos dirán que es un diseño “aburrido”, eso sí. En cualquier caso, lo que importa (también) es la tecnología y el uso en el día a día.
Página oficial del producto: Acer Predator Triton 500 SE (en inglés a falta de página web española actualizada)