Momento de abrir la tapa y saber qué guarda el Predator Helios 300 PH315 bajo el capó. Primero de todo se puede observar la pantalla de 15,6 pulgadas, un panel IPS con resolución FullHD y tasa de refresco de 144 Hz que parece más que suficiente para visualizar nuestros juegos de la manera más elegante posible. La pantalla no es una de las que menos marco que hayamos visto, pero igualmente éste es bastante reducido. Se incluye una webcam frontal con dos micrófonos integrados.

Abajo, un teclado completo con pad numérico extendido, totalmente iluminado por ledes RGB (pueden personalizar hasta 4 zonas RGB, así que no hablamos de personalización tecla a tecla), y la presencia de teclas dedicadas para la aplicación Predator Sense y para el modo Turbo, que realizaría un overclock seguro al sistema de forma instantánea. Además, contamos con un touchpad amplio que admite gestos y cuya pulsación es un verdadero placer. También tenemos un audio de alta calidad gracias a la compatibilidad con DTS:X Ultra, con mejoras especiales del sonido a nivel de software.

En el interior del Acer Predator Helios 300 PH315 se esconde su verdadera fuerza: procesador Intel Core i7 10750H (6 núcleos a 2,6 GHz), 16 GB de memoria RAM DDR4 a 3.200 MHz, almacenamiento principal de alta velocidad de hasta 1 TB de capacidad (se incluye alguna ranura más para discos secundarios), tarjeta gráfica dedicada NVIDIA RTX 2060 de 6 GB de memoria GDDR6, y comunicaciones inalámbricas WiFi 6 IEEE 802.11 a/b/g/n/ac/ax con Bluetooth 5 (chips Killer, AX1650 para la WiFi y E2600 para el puerto ethernet).

Por primera vez hemos podido abrir la parte inferior del portátil y ver qué se esconde dentro. Tenemos una buena panorámica de cómo está montado el Acer Predator Helios 300 PH315, mereciendo especial atención el sistema de disipación antes citado, o la ubicación de la batería integrada:
