La irrupción de la familia Ryzen 3000 ha traído consigo el asentamiento de una tecnología, el núcleo Zen, que ha hecho sonreír a AMD de nuevo. Pero la cuestión es, ¿qué pasa con los juegos? La fuerza bruta de los procesadores es una cosa, y su rendimiento en juegos puede diferir notablemente... Nos consta que los Ryzen han mejorado mucho en este aspecto, pero por ahora los Intel se siguen llevando la palma. ¿Seguirán haciéndolo con los Ryzen 3000? Pues justo es lo que hoy vamos a averiguar.

Si bien la renovación de los chips Intel, por primera vez en mucho tiempo, no se ha desarrollado al ritmo que la compañía quería, siguen siendo unos procesadores envidiables, y los juegos se han ido adaptando a éstos con el paso del tiempo, recibiendo todos sus favores. Ahora que parece que las CPUs de AMD se van posicionando cada vez más como opciones a tener en cuenta en juegos, y los fabricantes han hecho todo lo posible para que así sea, estaría bien comprobar si lo han logrado, y si en materia de juegos podemos considerar a AMD como una opción tan buena como Intel.

Y, de hecho, vamos a acotar un poco más: comprobaremos el rendimiento de los últimos procesadores Intel y AMD a 4K, empleando toda la caterva de CPUs que tenemos (algunas, por desgracia, ya no están con nosotros) y una tarjeta gráfica de última generación. De esta manera, aparte de saber si hay un ganador, veremos hasta qué punto influye el procesador en los juegos, y qué podemos esperar de todo esto.

Así que vamos allá...