
Desde el primer momento que hemos echado el guante al Corsair Nightsword RGB hemos notado la suavidad, la firmeza y la precisión. La palma se ha ajustado a la perfección a la primera, y aunque suene extraño, no es algo que logramos a la primera: debemos hacer algunos ajustes al ratón, aunque sea unos pocos, antes de hacerlo funcionar bien, algo que no ha hecho falta con el Corsair Nightsword RGB (a excepción de reducir el nivel de DPI, claro). Una vez hecho, se siente a la perfección el agarre y la ergonomía proporcionada por el diseño del propio ratón, lo que los jugadores agradecerán. Además, todos los botones están a mano, aunque hay que confesar que los diestros lo tendrán más fácil en este sentido.

Huelga decir que el ratón es 100% compatible con el software Corsair iCUE. Además de las características opciones de personalización (acciones de los botones, efectos de iluminación, niveles de DPI o rendimiento), disponemos de una calibración de la superficie (bastante útil), y una nueva opción que aparece para este modelo: ajuste de peso. Aquí el propio ratón detectará los pesos instalados (con bastante precisión, todo sea dicho de paso), o si no podemos hacer un ajuste manual. Las diferentes configuraciones pueden surgir de aquí, también en función de dónde esté ubicado el peso:




No podemos sino aplaudir ante el manejo suave y preciso del Corsair Nightsword RGB. Como decimos, pocos ratones se prestan a esto desde el primer momento, ya que no ha hecho falta ajuste alguno. La sensación de velocidad es única, y si recurrimos al sistema de ajuste de peso podemos obtener con precisión el deslizamiento que queremos: es tan preciso este sistema que a nosotros nos ha costado encontrar la diferencia entre tener o no tener los pesos puestos (ya ni hablamos de quitar uno o dos de ellos), pero en cualquier caso los más expertos a buen seguro que le sacarán provecho.
El análisis con el software Enotus nos deja los siguientes resultados:

