Los procesadores llevan con nosotros varias décadas; Intel está celebrando su 50 aniversario. Y prácticamente con Intel nacieron los procesadores tal y como los conocemos, los cuales debutaron con ordenadores como aquellos legendarios IBM PCs, con los procesadores Intel 8088. Era el año 1981, y allí empezó la historia de los ordenadores con arquitectura x86. El Intel 8088 funcionaba a 4,77 MHz y era un procesador de 8 bits con memoria de 16 KB hasta un máximo de 640 KB. Costaba el IBM PC más de 1.500 dólares de entonces.
Los Intel Pentium llegaron en 1993, en 1996 los AMD k5, el Pentium II en 1997, en 1997 los Pentium II y las instrucciones MMX, el AMD k6-2 en 1998, en 1999 el Pentium III con instrucciones SSE, el Pentium 4 en el año 2000, el Athlon 64 llegó en 2003 con 64 bits, el Pentium D en 2005, los Intel Core 2 y los primeros Dual Core llegaron en 2006, los AMD Phenom en 2007 y en 2008 Intel dejó atrás a AMD con la arquitectura Core 2 de 45 nm. En 2008 llegaron también los Intel Atom, que dieron pie a los Netbooks.
Luego llegaría la edad oscura de AMD, y la era del Tic-Toc de Intel, que iba sucediendo tecnologías de fabricación y modificaciones en la arquitectura para dar lugar a los Intel Core Sandy Bridge, Ivy Bridge, Haswell, Broadwell, Silvermont, Skylake, Kaby Lake, Cannon Lake hasta llegar a los Coffee Lake, Whiskey Lake y Amber Lake del momento presente. Sin olvidar a AMD y Ryzen, Ryzen+ y el próximo Ryzen 2 que han vuelto a poner a AMD en el primer plano de la escena de tecnología de procesadores.

En estos años, los fabricantes de procesadores han tenido que ir corrigiendo errores. Y siguen haciéndolo, a la vista de Meltdown y Spectre, que han puesto al descubierto cuán descuidados pueden ser los fabricantes cuando piensan que nadie va a ir a mirar en ciertos lugares, por lo que no se preocupan de poner las cosas en orden.
Uno de los primeros problemas que tuvieron fue el del sobrecalentamiento. Hay que recordar que un procesador maneja corrientes elevadas y voltajes nada desdeñables, por lo que la potencia que manejan es elevada también, de más de 100W para equipos de sobremesa. Al principio, incluso podían arder y echar humo si se usaban sin un ventilador o un disipador.
Así pues, introdujeron elementos como el Throttling, que permitía a una CPU monitorizar la temperatura a y la corriente, ajustando la frecuencia para que, en caso de que la refrigeración no funcionase, la CPU nunca llegase a calentarse más allá de una temperatura “segura” como pueden ser 100 grados centígrados.
La frecuencia de reloj indica cuántas veces por segundo se “encienden” los transistores del procesador para realizar operaciones, que son las que consumen energía. Si tenemos una frecuencia elevada, el procesador trabajará más y la potencia será mayor. Si la frecuencia disminuye, trabajará menos y la potencia será menor y la temperatura será menor. El Throttling es precisamente eso: una reducción de la frecuencia de reloj para ajustar la temperatura de trabajo dentro de valores seguros.

El TDP, o Thermal Design Power, da una indicación acerca de cuántos vatios tiene que ser capaz de disipar un sistema de refrigeración para que ese procesador, con un TDP dado, pueda trabajar sin problemas de Throttling en condiciones normales de uso. Si la temperatura ambiente sube mucho, o si usamos una aplicación que “estrese” a la CPU de un modo intenso durante mucho tiempo, el Throttling hará acto de presencia.
El TDP, al fin y al cabo, da una idea de cuán potente es un equipo, como veremos en el siguiente apartado. Volviendo al ejemplo de un coche, el TPD son como la cilindrada del coche. No es un símil perfecto, pero hazte a la idea de que, a más TDP, más cilindrada. Otra cosa es el número de cilindros. Si los cilindros son más "pequeños", aunque haya muchos, la cilindrada será pequeña también.
De igual modo que tenemos un mismo modelo de coche con diferentes motorizaciones; en los procesadores pasa igual. Tenemos un mismo modelo de procesador (Core i3, Core i5, Core i7, Pentium, etcétera), pero diferentes motorizaciones (TDP, número de cores, etcétera). Eso lo veremos en el tercer punto.
Os dejamos un vídeo de un procesador AMD quemándose cuando se quita el ventilador y el ordenador está encendido. Por fortuna no era frecuente que se dieran esos casos, pero en su día este tipo de vídeos se convirtieron en virales (virales para la épica, se entiende).